Nuestra
verdadera edad es
aquella que
llevamos en el alma...
Nossa verdadeira
idade é
aquela que nossa
alma sente...
Osculos e
amplexos,
Marcial
A verdadeira idade não é aquela que ostentamos
em nossos documentos, ou em nosso rosto, ou em nosso corpo. Essa é simplesmente
a idade física, aquela que é determinada pela data de nosso nascimento. Aliás
existem apenas duas datas indiscutíveis em nossa vida. Ao nascermos uma delas
ficará registrada por tuda nossa vida. Ao partirmos, será a outra, e essa quase
nunca nos é dado saber, e não temos a menor vontade de sabe-lo. Salvo em casos
muito especiais, mas essa já será uma outra história que fica para uma outra
vez...
Nossa verdadeira idade será aquela que nossa
alma apresentará, aquela que a tivemos em nosso interior. Existem pessoas que
embora tenham fisicamente determinada idade, em seu interior terão muito forte
uma luz que dirá na realidade, qual a sua real
idade...
Nossa verdadeira idade será aquela que nossa
alma apresentará, aquela que a tivermos em nosso interior. Existem pessoas que
embora tenham fisicamente determinada idade, em seu interior terão muito forte
uma luz que dirá na realidade, qual será sua real
idade...
Essa é a mais iniludível verdade. Temos que
saber aproveitar tudo aquilo que nos acontece, para fornecer subsídios para que
nossa alma consiga manter-se viva e jovem, enquanto estivermos vivos. O triste é
deixar a alma morrer com o corpo ainda em vida. É sentir aquele torpor interior,
que nos impede de acompanhar sequer a marcha dos acontecimentos. É triste ver
pessoas que se entregam à própria sorte, e desistem de lutar por algo na
vida.
Se percebermos que nosso corpo está
envelhecendo, devemos cuidar para que esse envelhecimento exteior não atinja
nosso interior, que sempre deverá ser preservado, jamais acompanhando o corpo
que se vai desgastando.
O desgaste espiritual poderá nos levar a
crises de depressão, acelerando mais ainda o envelhecimento físico. A alma foi,
é, e sempre será como que o combustível que faz o corpo
andar.
Se a deixarmos morrer em vida, seremos corpos
sem vida, andando porque ainda não morremos fisicamente, mas não estaremos
justivicando nossa permanência aqui.
E infelizmente, quantas pessoas existem assim,
vivendo nessas condições, sempre atrapalhando a vida dos outros. E se temos
alguém assim a nosso lado...dá vontade de sumir.
Temos que ter amor pela vida, vivendo-a da
melhor maneira possível.
E a melhor maneira é manter a juventude em
nossa alma, jamais perdendo a alegria de viver. Assim teremos mais forças para
superar quaisquer azares que se nos anteponham.
Como manter a juventude? Como aceitar o que o
tempo faz com nosso corpo? Simplesmente entendendo que são contigências da vida.
Sempre procurando viver de modo a atingir os 80 anos como se tivesse 60. Ou
seja, nem tanto ao mar, nem tanto à terra. Não é porque queremos manter nosso
espírito jovem que deveremos viver como jovens. Cada qual à sua época. Conviver
com pessoas jovens é uma coisa. Viver como eles é outra. Nosso físico não terá
o mesmo pique, embora nossa alma possa tê-lo. Simplesmente é preciso nos adequar
à coisa toda.
O grande segredo é saber viver. É saber usar
nossa experiência de vida a nosso favor. É saber dividi-la, não a guardando
egoisticamente apenas para nós. E assim iremos sempre manter nossa alma jovem.
Não deixe que o tempo aja sobre o físico. Não se amofine por isso. Mantenha sua
alma longe do RG. Não a deixe saber desse pequeno detalhe
complicativo.
E uma das maneiras, é procurando ter a cada
dia que passa, sempre UM LINDO DIA.
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La verdadera edad no es aquella que
ostentamos en nuestros documentos o, en nuestro rostro o, en nuestro cuerpo. Esa
es simplemente la edad física, esa que está determinada por nuestra fecha de
nacimiento. En realidad, existen solamente dos fechas indiscutibles en nuestra
vida. Una de ellas queda registrada cuando nacemos durante toda nuestra vida.
Cuando partamos, será
la otra que casi nunca nos es dado saberla y que no
tenemos el menor deseo de conocer. Salvo en casos muy especiales, pero esa ya es
otra historia y queda para alguna otra ocasión...
Nuestra verdadera edad es aquella que nuestra Alma presenta, aquella que tenemos en nuestro interior. Existen personas que aún teniendo físicamente determinada edad, en su interior llevan una Luz muy fuerte que dice realmente, cuál es su verdadera edad...Esa es la más ineludible verdad. Tenemos que saber aprovechar todo aquello que nos sucede, para proveer subsidios a fin de que nuestra Alma consiga mantenerse viva y joven, mientras estemos vivos. Lo triste es dejar el Alma morir con el cuerpo aún en vida, sintiendo aquél sopor interno, que nos impide de seguir siquiera la marcha de los acontecimientos. Es triste ver personas que se entregan a su propia suerte y desisten de luchar por algo en la Vida.
Si percibimos que nuestro cuerpo está envejeciendo, debemos cuidar de que ese envejecimiento exterior no alcance nuestro interior, que siempre deberá ser preservado, sin acompañar jamás al cuerpo que se va desgastando.
El desgaste espiritual puede llevarnos a crisis de depresión, acelerando aún más el envejecimiento físico. El Alma fue, es y siempre será como el combustible que hace andar al cuerpo. Si la dejamos morir en vida, seremos cuerpos sin vida, andando, porque todavía no morimos físicamente, pero no estaremos justificando nuestra permanencia aquí.
Desafortunadamente, cuantas personas existen así, viviendo en esas condiciones, siempre dificultando la vida de los demás. Y si tenemos a alquien así a nuestro lado... Dan ganas de desaparecer.
Tenemos que poseer Amor por la Vida, viviéndola de la mejor manera posible.
La mejor forma es manteniendo la juventud en nuestra Alma, sin perder jamás la alegría de vivir. Así, tendremos más fuerzas para superar aquellos azares que se nos presenten.
¿Cómo mantener esa juventud? ¿Cómo aceptar lo que el tiempo hizo con nuestro cuerpo? Simplemente entendiendo que son contingencias de la Vida. Siempre procurando vivir de modo que podamos alcanzar los 80 años como si tuviéramos 60. Es decir, ni tanto al mar, ni tanto a la tierra. No por querer mantener nuestro Espíritu joven deberemos vivir como los jóvenes. Cada quien tiene su época. Convivir con personas jóvenes es una cosa. Vivir como ellos es otra.
Nuestro físico no tendrá la misma chispa aunque nuestra Alma pueda tenerla. Simplemente es necesario que nos adaptemos a cualquier situación.
El gran secreto es saber vivir. Es saber usar nuestra experiencia de Vida a nuestro favor. Es saber dividirla sin guardarla egoístamente apenas para nosotros. Y así lograremos mantener siempre joven nuestra Alma. Deja que el tiempo actúe sobre el físico. No te debilites por eso y mantén tu Alma lejos del Acta de Nacimiento. No la dejes saber de ese pequeño detalle conflictivo
Y una de las maneras es procurando tener siempre cada día, UN LINDO DÍA.
Nuestra verdadera edad es aquella que nuestra Alma presenta, aquella que tenemos en nuestro interior. Existen personas que aún teniendo físicamente determinada edad, en su interior llevan una Luz muy fuerte que dice realmente, cuál es su verdadera edad...Esa es la más ineludible verdad. Tenemos que saber aprovechar todo aquello que nos sucede, para proveer subsidios a fin de que nuestra Alma consiga mantenerse viva y joven, mientras estemos vivos. Lo triste es dejar el Alma morir con el cuerpo aún en vida, sintiendo aquél sopor interno, que nos impide de seguir siquiera la marcha de los acontecimientos. Es triste ver personas que se entregan a su propia suerte y desisten de luchar por algo en la Vida.
Si percibimos que nuestro cuerpo está envejeciendo, debemos cuidar de que ese envejecimiento exterior no alcance nuestro interior, que siempre deberá ser preservado, sin acompañar jamás al cuerpo que se va desgastando.
El desgaste espiritual puede llevarnos a crisis de depresión, acelerando aún más el envejecimiento físico. El Alma fue, es y siempre será como el combustible que hace andar al cuerpo. Si la dejamos morir en vida, seremos cuerpos sin vida, andando, porque todavía no morimos físicamente, pero no estaremos justificando nuestra permanencia aquí.
Desafortunadamente, cuantas personas existen así, viviendo en esas condiciones, siempre dificultando la vida de los demás. Y si tenemos a alquien así a nuestro lado... Dan ganas de desaparecer.
Tenemos que poseer Amor por la Vida, viviéndola de la mejor manera posible.
La mejor forma es manteniendo la juventud en nuestra Alma, sin perder jamás la alegría de vivir. Así, tendremos más fuerzas para superar aquellos azares que se nos presenten.
¿Cómo mantener esa juventud? ¿Cómo aceptar lo que el tiempo hizo con nuestro cuerpo? Simplemente entendiendo que son contingencias de la Vida. Siempre procurando vivir de modo que podamos alcanzar los 80 años como si tuviéramos 60. Es decir, ni tanto al mar, ni tanto a la tierra. No por querer mantener nuestro Espíritu joven deberemos vivir como los jóvenes. Cada quien tiene su época. Convivir con personas jóvenes es una cosa. Vivir como ellos es otra.
Nuestro físico no tendrá la misma chispa aunque nuestra Alma pueda tenerla. Simplemente es necesario que nos adaptemos a cualquier situación.
El gran secreto es saber vivir. Es saber usar nuestra experiencia de Vida a nuestro favor. Es saber dividirla sin guardarla egoístamente apenas para nosotros. Y así lograremos mantener siempre joven nuestra Alma. Deja que el tiempo actúe sobre el físico. No te debilites por eso y mantén tu Alma lejos del Acta de Nacimiento. No la dejes saber de ese pequeño detalle conflictivo
Y una de las maneras es procurando tener siempre cada día, UN LINDO DÍA.
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